Llega esa época del año en que el feed de nuestras redes sociales se llenan de felicitaciones, post a modo de balance del año, tendencias para el próximo año y/o objetivos.
El balance, a modo de inventario de todo lo hecho, todos los proyectos que has realizado, clientes con los que has trabajado, seminarios a los que has asistido o impartido, todo lo aprendido, etc. siempre me ha parecido un ejercicio de auto reflexión y algo de autobombo, pero es una estrategia de Personal branding válida, como otras, cada uno elige la suya.
Crear una lista de tendencias futuribles me resulta curioso y a veces algo vanidoso, sobre todo después del COVID. Los visionarios en power point tienden a sobrevalorar lo que ellos “venden y/o conocen”, contribuyendo a crear la tendencia, eso es cierto, pero en muchas ocasiones se queda simplemente en un impactante titular, que bienvenidos sean si se convierten en retos y luego logros.
Aún siendo crítica, la verdad es que suelo leerlas, me gustan y ayudan a reflexionar sobre las mías, e imagino que a otras personas también, nadie somos tan únicos como pensamos, por eso, este año quiero compartir la mía. Aunque en mi caso, el balance del año, tendencias y objetivos para el 2022 en relación al rol de recursos humanos o como os guste llamarlo (People, Talento, Capital Humano, etc.), es el mismo.
Antes de innovar y transformar la función de recursos humanos, sé RH, sé Radicalmente Humano.
La tecnología nos ha traído innumerables cosas buenas que nos ayudan a evolucionar y avanzar, pero no tenemos que olvidar que está al servicio de las personas y
no al revés, si no queremos caer en la trágica y confío que no visionaria imagen, de la portada de New Yorker del 2017.
Apoyarse en la tecnología para facilitar la automatización de muchos procesos y tareas que no aporta valor añadido si los hace una persona o un robot, agilizar tareas, analizar y hacer proyecciones desde el análisis del dato, etc. son prácticas más que recomendables, pero insisto, es recomendable no olvidar que la tecnología debe estar al servicio de las personas.
Al igual que implantar métodos de trabajo agile en HR por simple moda, sin haber una estructura organizativa, herramientas y liderazgo que realmente cree, aplique y practique uno de los valores del manifiesto agile más importante “Individuos e interacciones por encima de procesos y herramientas”, es una mala inversión.
¿Y cómo ser un profesional RH, Radicalmente Humano?
Seguro que hay muchas respuestas y estaré encantada de escuchar las vuestras. Aquí os comparto lo que personalmente he aprendido que debe hacer:
1. Dar sentido a lo que se hace.
Te propongo un simple ejercicio de auto reflexión, piensa en alguna de las iniciativas, acciones o proyectos que realizáis en el área de recursos humanos y responde a estas preguntas:
¿Cuál es el propósito final de lo que haces?
¿Para qué lo haces?
¿Para quién lo haces?
Si en tu respuesta aparece alguna vez “Personas”, no vas mal encaminado. Los profesionales de RH por vocación, tienen un interés genuino por las personas, por su vida, por su entorno, sus intereses, por su estado anímico, por sus motivaciones, por sus dificultades, por sus expectativas… en general, por la persona.
Desde esa vocación genuina por las personas es de donde nacen las iniciativas adecuadas para garantizar una experiencia del empleado satisfactoria para las personas de tu organización, huye del copy & paste y fórmulas enlatadas. Tunea y personaliza desde el sentido real para tu organización y las personas que la componen, eso es realmente ser una empresa #PeopleCentric.
2. Volver a lo básico.
Escribe menos y conversa más. No hay una mejor manera de conocer las necesidades de las personas, comprender sus motivaciones y generar compromiso, que preguntar, escuchar y conversar con ellas, seas RH, líder o parte de un equipo.
Te animo a otro ejercicio de auto reflexión, echa un vistazo a tu agenda del 2021 y cuenta:
¿Cuántas conversaciones 1:1 has mantenido en el año?
¿Con cuántas personas has tenido ese 1:1?
¿Cuánto tiempo has invertido en charlar con tu equipo?
Como líderes en la gestión de personas, no tenemos nunca que olvidar este mantra “Talk is the technology of leadership”.
3. Aprender a improvisar.
Y más después de esta pandemia, pero y ¿Qué es la improvisación? La improvisación es estar listo para responder a cualquier situación que se nos presente y poder seguir adelante a pesar del cambio en las condiciones.
Muchas de las lecciones de esta pandemia van muy relacionadas con la capacidad de adaptación e improvisación en todas las áreas, sectores y localizaciones. Vemos como las agendas y los protocolos los vamos cambiando sobre la marcha en función del contexto y situación real. Sin ir más lejos pasamos del presencial al remoto, y vuelta al presencial o en el mejor de los escenarios al modelo híbrido, que confío permanezca mucho tiempo con nosotros.
¿No creéis que merece la pena invertir en desarrollar nuestra capacidad de improvisación?
Ahora más que nunca, nuestra creatividad, orientación a la solución y capacidad de improvisación marcarán el perfil deseado de los profesionales en la gestión de personas, y en otras áreas también.
Lo dicho, antes de crear y/o implantar tendencias de RH, implementar herramientas y metodologías nuevas, reconecta con la esencia del rol de recursos humanos, es decir, practica ser Radicalmente Humano.
Y como no podía ser de otra manera en estas fechas, te deseo todo lo mejor para el 2022. ¡Gracias por haber llegado hasta aquí y leerme! Espero sigamos coincidiendo, y ya sabes si te ha resultado interesante lo que has leído, no dudes en compartir #Copylelf sin olvidar citar la fuente ;D.
